La piedra en el zapato
Está en nuestro sino, en los genes del club de Nervión, nunca nos han regalado nada, para conseguir el objetivo ha habido que hacer sangre en el camino, si nos desviamos de este sendero no seremos nosotros, no seremos el Sevilla F.C.
Pruebas sobre esto hay de sobras, para hacer un ramillete floral, por ejemplo para ganar la segunda copa de España de nuestra era tuvimos que marchar cual peregrinos en busca del grial sagrado nada menos que a Barcelona, mientras que al rival se lo ponían a huevo.
Para la segunda UEFA, aunque de distinto modo también hubo que sufrir, hasta hizo falta un gol del portero, incombustible Palop, para continuar el camino hacia el preciado trofeo que se consiguió tras una prorroga y la consiguiente tanda de penaltis. Para jugar esta edición de la Europa league, como ahora se denomina, tuvimos que apelar a la suerte y a la decisión de comités con sus distintas apelaciones.
Y así podríamos seguir un “ratito” más, lo que viene a demostrar que para el sevilismo no hay victoria sin dolor ni sufrimiento, por otra parte son las que más se disfrutan, las más sufridas de conseguir, esas son en el fondo las que dignifican al hombre y su alma, esas nunca se olvidan y siempre formaran parte de tu persona, de alguna manera dan forma al carácter de cada individuo o en este caso colectivo.
Claro que a mí como a cualquiera me hubiese gustado arrasar como el caballo de Atila las huestes enemigas y no dejar títere con cabeza, la experiencia la tenemos grabada a fuego, en innumerables ocasiones destrozamos su alto ego, sus fanfarronadas y payasadas, sus ataques de fogueo, nos meamos en sus calaveras y lo disfrutamos, claro que lo disfrutamos.
Hoy más de uno ve el mundo adulterado, solo un reflejo de la realidad que se superpone en sus mentes como si hubiesen abusado del alcohol o de alguna droga alucinógena que les hace ver el mundo de color de rosa, están viviendo en un universo paralelo en el que entienden que son superiores.
El domingo tenemos la posibilidad de estrechar el cerco con los puestos europeos, de afianzarnos en posiciones de premio, de meterle presión a los de adelante y en definitiva de acercarnos al objetivo que debe de tener un club de nuestro peso e historia, por eso no caben distracciones, no vale lamentarse y solo recordar para no volver a caer en los mismos errores. Después llegara la vuelta, yo no estoy preocupado con el resultado y sigo sin dudar de que pasaremos esta ronda. Posiblemente el miedo se cierna sobre la otra acera porque ahora si tienen algo más que perder, aparte de la categoría clasificatoria, claro.
Confío plenamente en las posibilidades de los míos y lo ocurrido pasara a ser un chascarrillo en la historia, es más pienso, o más bien comparo este tropezón en nuestro camino como una piedra en el zapato que solo molesta hasta que decides sacarla y tirarla a la basura, después nadie la recuerda.
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