Comienza una nueva era.
Con este impactante título lanza nuestro Sevilla F.C. la nueva campaña de captación de abonados, una campaña que puede ser tildada de muchas cosas pero nunca de poco original, basándose en la claridad y transparencia de gestiones y cuentas, que a muchos clubes es lo que les falla, y respaldándose en los últimos éxitos, este consejo de administración encabezado por Castro y apoyado por un boleto ganador como es Monchi comienza esta nueva andadura con muchos retos que superar pues en circunstancias similares no hace muchas temporadas se fracasó estrepitosamente.
Entiendo que se ha cambiado el modus operandis, que se está cogiendo el tranquillo a esto de las competiciones europeas de máximo nivel y se ha entendido en la zona noble que para que sea rentable jugar en la máxima competición de clubs en Europa hay que invertir, ojo, con cabeza para no desandar el buen camino realizado hasta ahora por consejos como el de Roberto Alex o el mismo Del Nido.
Lo bueno de este Sevilla, no hablo de plantilla sino de estamento, es la base que nos respalda, ese colchón que ya vivimos en las temporadas 2011/2012 y 2012/2013 en las que no se jugó competición europea de forma directa y seguimos en la brecha clasificándonos en 9º y 9º puesto con 50ª puntos ambos años sin que peligrara la categoría. Esto demuestra la fortaleza de las estructuras de esta entidad, aun sin un mecenas que económicamente sustente lo fracasos, no hay club en la liga española que pueda ensombrecer lo echo por nuestro equipo, tanto deportiva como económicamente y sin ayuda externas.
Me queja, soy de esos, de los que se quejan de la subida de los abonos, aunque en realidad con la boca chica puesto que con alegrías las penas entran mejor. Un punto negro, después de todo lo que se ha dicho en cuanto a la subida de los abonos, para mí es muy negro, es integrar la fase de grupos de Champions en el abono al igual que la temporada pasada, y es que sé que hay abonados que les es casi imposible asistir a cualquier partido entre semana, sobre todo los que tienen la suerte de trabajar, la cosa no está para faltar al trabajo y más con el decreto que se inventó el tal Rajoy. Entiendan un poco al abonado humilde que de su sueldo tiene que hacer verdaderos malabares para que llegando julio tenga la posibilidad, de una u otra manera, renovar su abono, muchas veces dejando cuentas pendientes y comiéndose un verano de piscina municipal y domingos de caravanas.
El que suscribe solo ha podido ver una final, aunque por número de abono podría haber ido a verlas todas, fue a Madrid, copa del Rey, la más económica. Con eso me conformo, pero con este ejemplo solo pido que entiendan que no es tan bonito como se imaginan los que ponen los precios de los abono y que respeten, en tiempos de crisis, al sevillista de granito, a ese que se quita de veraneos, a ese que por ver a su equipo cada domingo cruza Andalucía, a los que vienen desde los pueblos domingo a domingo, a los sevillistas de diario que al fin y a la postre están a las buenas y a las maduras, entiendo que este año se nos ha obviado y se nos ha puesto un numero encima de nuestro sevillismo.
Yo no soy un número, más que mi corazón me late tu escudo.
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